sábado, 17 de marzo de 2018

Reseña: El Soñador Desconocido, de Laini Taylor.



Título: El Soñador Desconocido
Autor: Laini Taylor
Número de páginas: 664
Editorial: Alfaguara

Sinopsis: Una ciudad perdida. Un cazador de dioses. Un joven bibliotecario. Una guerra divina. Una búsqueda. Un viaje. Un sueño. Dicen que el sueño escoge al soñador, y Lazlo Strange siempre ha temido que su sueño hubiera elegido mal. Lazlo es un huérfano de guerra que ha terminado siendo ayudante de bibliotecario. Su sueño recurrente está ligado con la legendaria Ciudad de Llanto, que le obsesiona desde que era apenas un niño. Cuando se encuentra con Godslayer y su grupo de guerreros legendarios, Lazlo decide emprender un viaje que le llevará a recorrer más de medio mundo en busca de la ciudad perdida y la diosa azul que lo visitan cada noche. Hay demasiadas incógnitas que desvelar: ¿estarán las respuestas en la Ciudad de Llanto?

Esperé este libro mucho tiempo. Laini es una autora única, capaz de crear magia pura con sus palabras. Ya lo demostró con Hija de humo y hueso y los demás libros que componen esa trilogía.
En El soñador desconocido, se plantea la existencia de una ciudad cuyo nombre se desvanece de la memoria del mundo y gana un nuevo título, el de Ciudad de Llanto, aunque hay quien prefiere llamarla la Ciudad Oculta. Hay varias leyendas en torno a esa ciudad y es el protagonista de la historia, Lazlo, quien conoce cada cuento al respecto.
Lazlo… ¿qué decir de este chico? Lo conocemos desde su más tierna niñez. Vemos cómo creció en un monasterio, junto a varios otros huérfanos, porque perdió a sus padres en la guerra. Un niño de piel gris y muy enfermo, que nadie creyó que sobreviviría. Pero sanó, creció y se convirtió en un joven bibliotecario, enamorado de los libros y las historias de hadas y seres mágicos. Un joven de piel clara y cabellos oscuros y largos, de nariz torcida y voz grave, de ojos grises y mirada soñadora. Lazlo es un personaje muy noble. Alguien que conoció las peripecias de crecer sin familia, pasando frío, hambre y sin tener la niñez que merecía y así y todo, jamás perdió la inocencia y la capacidad de soñar.
Este libro presenta a Lazlo desde sus inicios, para demostrarnos qué tan lejos se puede llegar movido por las ilusiones y los sueños, si es que nos animamos a subir al tren cuando lo vemos pasar; para comprender su evolución y estremecernos con el derrotero que le tocó recorrer.
Como sello típico de la autora, la historia nos presenta además a muchos personajes que tendrán un papel más o menos relevante. Humanos, eximios guerreros y dioses. Con sus luces y sombras, sus dones y debilidades, lo que muestran a todo el mundo y lo que ocultan en su corazón. Con el lirismo y la prosa poética tan propios de Laini, se nos dibujan leyendas, seres de piel azul y magia pura, magia terrible y devastadora, maravillosa y sublime. Magia real, no siempre perfecta. Por eso, hay cierto dios que puede hacer llover, más no crea las nubes. También hay una diosa capaz de despertar la vida de las plantas y hacerlas florecer en los terrenos más inhóspitos, siempre y cuando tenga las semillas correspondientes.
Con un ritmo que te atrapa incluso aunque se necesite un tercio del libro para presentar a los personajes y plantear el problema –gran problema- que une a todos de alguna u otra manera, esta historia se divide en varias partes, como pequeños arcos que dan cuerpo al libro. Vas superando cada arco sin dar crédito a las maravillas que ha sabido imaginar esta autora, que pinta todo tan real y palpable que se vuelve muy sencillo el meterse en el relato y sólo salir al llegar a las últimas páginas. Y quedás ahí, sin poder creer que pasó lo que pasó y esperando por el siguiente libro para descubrir cómo concluye la historia de Lazlo y los demás. En el camino sonreís, te estremecés, sentís miedo y sufrís a la par de los personajes y esperás con ansías que el soñador desconocido tenga el final feliz que merece.   



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